Título: El segundo sexo
Autora: Simone de Beauvoir
Género: Ensayo
Editorial: Cátedra
ISBN: 978-84-376-2233-0
Nº de páginas: 912
Precio: 37,20 €
En 1949 la filósofa francesa Simone de Beauvoir publicaba El segundo sexo, una extensa obra que escandalizaría al mundo pero que terminaría convirtiéndose en uno de los pilares fundamentales del feminismo moderno. Un texto de casi mil páginas en el que Beauvoir hace un profundo y denso análisis de la mujer como objeto histórico, ser dependiente y sujeto con pocas esperanzas de alcanzar la libertad.
El segundo sexo es una amplia obra que aborda la esencia femenina desde muy distintos prismas, partiendo de la base que las mujeres necesitan esta reivindicación. A un hombre no se le ocurriría la idea de escribir un libro sobre la singular situación que ocupan los varones en la Humanidad. Pero las mujeres necesitan esta revisión histórica y social para llegar a alcanzar, algún día, una situación mejor en el mundo.
La primera parte de la obra es un detallado viaje al pasado desde una óptica femenina, en el que Simone de Beauvoir rescata la vida cotidiana, la situación legal y las estructuras sociales en las que la mujer vive desde tiempos ancestrales en distintas civilizaciones. En su revisión histórica incorpora múltiples afirmaciones nada halagüeñas respecto al sexo femenino que fueron apareciendo a lo largo de los siglos. Resulta chocante que en el siglo XVI, para mantener bajo tutela a la mujer casada, se apele a la autoridad de San Agustín, declarando que "la mujer es una bestia que no es ni firme ni estable".
A este análisis histórico le sigue el estudio filosófico de la mujer en tanto que hija, esposa, madre. Beauvoir aborda las distintas facetas que a las mujeres se les ha permitido desarrollar, todas dentro del hogar, alejadas de la esfera pública. La conciencia que la mujer adquiere de sí misma no está definida por su sola sexualidad: refleja una situación que depende de la estructura económica de la sociedad.
En este análisis, la visión de la mujer es dramática. Ante la maternidad, nos dice que contrariamente a una optimista teoría cuya utilidad social resulta demasiado evidente, la gestación es una labor fatigosa que no ofrece a la mujer un beneficio individual y le exige, por el contrario, pesados sacrificios. Igual opinión tenía de la lactancia, una servidumbre agotadora.
Beauvoir critica la familia patriarcal y denuncia el sometimiento al que la mujer está sometida desde que nace. Un sometimiento que la ahoga en las estructuras sociales forjadas por los hombres y en los que las mujeres sólo pueden colocarse según la voluntad de sus compañeros varones.
El análisis de Beauvoir avanza hacia sendas muy controvertidas a mediados del siglo XX, como la homosexualidad femenina, el placer sexual de las mujeres o el aborto. La mujer, suya suerte consiste en la obediencia y el respeto, se enfrenta a una vida relegada al olvido de unos roles que, según la autora, no son innatos en su naturaleza femenina (afirma con rotundidad que el instinto maternal no existe), sino que son construcciones artificiales creadas en beneficio de las estructuras patriarcales.
El segundo sexo es un texto demoledor, que expone con crueldad un mundo de desesperanza en el que ni hombres ni mujeres están satisfechos hoy unos de otros. Pero la cuestión estriba en saber si se trata de una maldición original que los condene a desgarrarse mutuamente o si los conflictos que los oponen no expresan más que un momento transitorio de la Historia humana. Con esta frase, Simone de Beauvoir plantea la posibilidad de encontrar algún día una solución a las diferencias de género.
El segundo sexo se escribe a mediados del siglo XX, cuando Europa se recupera de dos guerras mundiales. Es un tiempo en el que muchas mujeres han vuelto a casa después de ocupar el lugar de sus padres, maridos o hermanos en las fábricas. Son unos años en los que muchos países europeos han aprobado, después de constantes luchas sufragistas, el voto femenino. Es un momento clave para el feminismo europeo, en el que nuevas consignas, nuevas metas, están sobre la mesa. Es el momento propicio para que la obra de Beauvoir se convirtiera en esencial para las nuevas oleadas de mujeres que continuaban luchando por alcanzar la igualdad de género.
Simone de Beauvoir no se casó nunca y sólo en su edad adulta adoptó a una niña. De orígenes católicos, nacida en el seno de una familia de fuertes tradiciones religiosas, Beauvoir se reveló contra todas las estructuras mentales que había aprendido de pequeña en su hogar.
El segundo sexo es una obra indispensable en los estudios de género. Un texto imprescincible para entender el feminismo de los últimos tiempos.
Autora: Simone de Beauvoir
Género: Ensayo
Editorial: Cátedra
ISBN: 978-84-376-2233-0
Nº de páginas: 912
Precio: 37,20 €
En 1949 la filósofa francesa Simone de Beauvoir publicaba El segundo sexo, una extensa obra que escandalizaría al mundo pero que terminaría convirtiéndose en uno de los pilares fundamentales del feminismo moderno. Un texto de casi mil páginas en el que Beauvoir hace un profundo y denso análisis de la mujer como objeto histórico, ser dependiente y sujeto con pocas esperanzas de alcanzar la libertad.
El segundo sexo es una amplia obra que aborda la esencia femenina desde muy distintos prismas, partiendo de la base que las mujeres necesitan esta reivindicación. A un hombre no se le ocurriría la idea de escribir un libro sobre la singular situación que ocupan los varones en la Humanidad. Pero las mujeres necesitan esta revisión histórica y social para llegar a alcanzar, algún día, una situación mejor en el mundo.
La primera parte de la obra es un detallado viaje al pasado desde una óptica femenina, en el que Simone de Beauvoir rescata la vida cotidiana, la situación legal y las estructuras sociales en las que la mujer vive desde tiempos ancestrales en distintas civilizaciones. En su revisión histórica incorpora múltiples afirmaciones nada halagüeñas respecto al sexo femenino que fueron apareciendo a lo largo de los siglos. Resulta chocante que en el siglo XVI, para mantener bajo tutela a la mujer casada, se apele a la autoridad de San Agustín, declarando que "la mujer es una bestia que no es ni firme ni estable".
A este análisis histórico le sigue el estudio filosófico de la mujer en tanto que hija, esposa, madre. Beauvoir aborda las distintas facetas que a las mujeres se les ha permitido desarrollar, todas dentro del hogar, alejadas de la esfera pública. La conciencia que la mujer adquiere de sí misma no está definida por su sola sexualidad: refleja una situación que depende de la estructura económica de la sociedad.
En este análisis, la visión de la mujer es dramática. Ante la maternidad, nos dice que contrariamente a una optimista teoría cuya utilidad social resulta demasiado evidente, la gestación es una labor fatigosa que no ofrece a la mujer un beneficio individual y le exige, por el contrario, pesados sacrificios. Igual opinión tenía de la lactancia, una servidumbre agotadora.
Beauvoir critica la familia patriarcal y denuncia el sometimiento al que la mujer está sometida desde que nace. Un sometimiento que la ahoga en las estructuras sociales forjadas por los hombres y en los que las mujeres sólo pueden colocarse según la voluntad de sus compañeros varones.
El análisis de Beauvoir avanza hacia sendas muy controvertidas a mediados del siglo XX, como la homosexualidad femenina, el placer sexual de las mujeres o el aborto. La mujer, suya suerte consiste en la obediencia y el respeto, se enfrenta a una vida relegada al olvido de unos roles que, según la autora, no son innatos en su naturaleza femenina (afirma con rotundidad que el instinto maternal no existe), sino que son construcciones artificiales creadas en beneficio de las estructuras patriarcales.
El segundo sexo es un texto demoledor, que expone con crueldad un mundo de desesperanza en el que ni hombres ni mujeres están satisfechos hoy unos de otros. Pero la cuestión estriba en saber si se trata de una maldición original que los condene a desgarrarse mutuamente o si los conflictos que los oponen no expresan más que un momento transitorio de la Historia humana. Con esta frase, Simone de Beauvoir plantea la posibilidad de encontrar algún día una solución a las diferencias de género.
El segundo sexo se escribe a mediados del siglo XX, cuando Europa se recupera de dos guerras mundiales. Es un tiempo en el que muchas mujeres han vuelto a casa después de ocupar el lugar de sus padres, maridos o hermanos en las fábricas. Son unos años en los que muchos países europeos han aprobado, después de constantes luchas sufragistas, el voto femenino. Es un momento clave para el feminismo europeo, en el que nuevas consignas, nuevas metas, están sobre la mesa. Es el momento propicio para que la obra de Beauvoir se convirtiera en esencial para las nuevas oleadas de mujeres que continuaban luchando por alcanzar la igualdad de género.
Simone de Beauvoir no se casó nunca y sólo en su edad adulta adoptó a una niña. De orígenes católicos, nacida en el seno de una familia de fuertes tradiciones religiosas, Beauvoir se reveló contra todas las estructuras mentales que había aprendido de pequeña en su hogar.
El segundo sexo es una obra indispensable en los estudios de género. Un texto imprescincible para entender el feminismo de los últimos tiempos.